Según esta teoría, todos poseemos las ocho inteligencias en mayor o menor medida. No existen unas inteligencias más o menos importantes sólo que solemos trabajar más en profundidad unas concretas: la lógico-matemática y la lingüística.
Además, dentro de la innovación en educación, se está poniendo en valor la enseñanza de otras inteligencias, muchas veces trabajada de forma transversal. Es decir, en la asignatura de historia estudiaremos datos y conceptos que acontecieron en una época concreta, pero podemos enlazarlos mostrando la arquitectura de la época en 3D para que puedan orientarse en los edificios y ciudades, introduciendo así la inteligencia espacial. Por otro lado, podríamos incluir la inteligencia musical, reproduciendo sonidos y canciones que se representaban en la época. Esto es solo un ejemplo de las posibilidades que tiene trabajar las inteligencias múltiples en una misma asignatura.
Hay más formas de poder trabajarlas de forma individual, como por ejemplo, dar más importancia a otras materias como música o educación física o introducir contenidos relacionados con las inteligencias emocionales.
Podemos trabajar las inteligencias múltiples desde muy pequeños. En casa podemos realizar tareas que ayuden a desarrollar todas estas inteligencias y que sea el individuo el que decida cuales son las que querrá explorar de forma individual.