En la época prehistórica, los seres humanos que habitaban la tierra usaban instrumentos y objetos para hacer sonidos, algunos armoniosos y otros no tanto, que eventualmente se convirtieron en lo que conocemos como música. Es una forma de expresión que permite comunicar sentimientos, estados de ánimo y pensamientos a través de sonidos y melodías.
Es importante introducirla en la vida de los niños y niñas desde temprana edad, ya que puede influir positivamente en su desarrollo cognitivo, emocional, físico y social. Los padres pueden motivar a sus hijos para aprender de manera natural, como cantar con ellos y escuchar música de todo tipo. También estimula la creatividad, la concentración y mejora la psicomotricidad de los niños.
Vista la influencia que ejerce la música sobre los individuos en particular y la sociedad en general, hay que asumir que la incorporación de esta en la vida de un niño a una edad temprana es muy importante para una evolución sana. No es necesario ser músico para poder dar al niño todo lo que necesita para experimentar los beneficios que la música tiene para ofrecer. Existen algunos trucos para que los padres utilicen y que de ese modo puedan incentivar a los niños al aprendizaje de música.
Motivar a los niños para aprender música
Los niños muy pequeños, que todavía están desarrollando la independencia y autonomía necesaria para llegar a la música, tienen que recibir un impulso para motivarlos a aprender. Y a ello se llega con naturalidad, si observamos o nos paramos a observar situaciones cotidianas. Hay que actuar de manera que el niño se convierta en un oyente activo y para ello se debe buscar la música en cualquier cosa que suene dentro de nuestro entorno; bien a través de la observación de los pájaros en el parque y en los árboles, en el chirriar de una puerta, en el sonido de los semáforos en el paso de peatones, canciones que heredamos de nuestras familias o actuales que se les puede cantar; instrumentos caseros que puedan ofrecer sonidos, como una campaña, unas llaves, un rallador; cualquier cosa ayuda para que preste atención.
Animarles a escuchar música de todo tipo de manera que disfruten con ello; cantar, aunque no necesariamente tengas que ser barítono o soprano, pero hacerlo con ganas, con amor. El hecho de que cantes o interpretes con amor, se transmite a través de energía intangible pero que es capaz de abrir una caja fuerte. De ésta manera, ante estos estímulos que provoca la música, y que les puede divertir, los niños aprenden ritmos, aprenden bailes coordinados con el ritmo de la canción, y se logra incluso una coordinación y armonía entre melodías, sonidos y cuerpo
5 beneficios de la música en el desarrollo que no sabías
- Regula el estrés, tanto así que cuando escuchamos música reducimos los niveles de cortisol. Además aumentan nuestros niveles de serotonina relacionados con respuestas emocionales satisfactorias.
- Escuchar y tocar música mejora la concentración, memoria, coordinación y autoestima. Esto esta relacionado con un mejor rendimiento y atención en la actividad que se realiza si esta no requiere de una concentración muy elevada.
- Puede ser una herramienta útil para aliviar la depresión, dado que en este estado el ritmo cardíaco suele ser más bajo. Al escuchar música, el ritmo cardíaco puede incrementar, lo que puede influir positivamente en el estado de ánimo, pasando de tristeza a felicidad. Este efecto puede alterar la estructura del sistema nervioso y mejorar la actitud y el comportamiento.
- Se ha observado que la música puede ser muy beneficiosa para los niños y niñas neurodivergentes, en especial con autismo, mejorando su capacidad de comunicación, expresión y comportamiento social. Es posible que la música les ayude a percibir y expresar mejor las emociones, lo que puede favorecer la apertura y reciprocidad emocional. Estos resultados han sido demostrados por estudios como el de Bernard en 2015.
- Formar parte de un grupo, un coro o una escuela de baile puede ser una actividad en grupo que fomente la socialización y el trabajo en equipo y promueva la inclusión.
Buenas prácticas de la música en la neurodiversidad
Como ya hemos explicado, la música puede ser terapéutica y beneficiosa para el bienestar físico, emocional y cognitivo de personas neurodivergentes, ya que puede reducir el estrés, mejorar la comunicación, el lenguaje, la atención y la concentración, y fomentar la creatividad y la expresión emocional. La musicoterapia es una técnica efectiva para utilizar la música en la terapia.
Una actividad divertida que se puede hacer con niños neurodivergentes es el baile libre, lo que puede mejorar la coordinación, desarrollar habilidades motoras y fomentar la creatividad y la expresión. Además, se puede hacer una actividad inclusiva y cooperativa en la que los niños pueden seleccionar canciones y compartir sus movimientos y bailes únicos.
Curiosidades extra sobre la música
La música estimula los dos hemisferios cerebrales y las zonas del cerebro implicadas en las emociones y la percepción visual y auditiva. Encontramos reacciones en el sistema límbico como la amígdala y el hipotálamo, área de recompensa y placer del cerebro, pero también en la corteza prefrontal y el lóbulo temporal derecho.
Uno de los mejores instrumentos para practicar la creatividad es la batería, con ella aprenderá a llevar el ritmo y el tempo de las canciones. Seguro que a muchos les encantaría tener una en casa, eso sí, para el bienestar de madres y padres, mejor que sea eléctrica -y con auriculares-.
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Bibliografía
- Cazalilla-Arroyo, J. M. (2016). Música, Cerebro y Bienestar.
- Bernard, E. (2015). Los efectos saludables de cantar. Mente y Cerebro Nº 72, 28-33.