Desde pequeñxs vamos creando relaciones con las personas y el mundo que nos rodea. Muchas veces estas relaciones forman vínculos muy fuertes, entre ellos, el apego. La forma en la que interactuamos con nuestrxs cuidadores y las circunstancias de nuestro nacimiento serán decisivas para nuestro desarrollo como niñxs y configurarán nuestro sistema comportamental del apego. Por todo esto, la manera inconsciente en la que un niñx percibe cómo le tratan y le cuidan influirá en la forma en la que se relacionarán en la edad adulta, además de su personalidad, su desarrollo cognitivo y su salud física y psicológica. (Rojas, 2018)
Ahora bien, si las relaciones con otras personas nos afectan en nuestro presente y futuro, ¿toda relación con otros seres vivos también lo hace? ¿Sería posible crear estos vínculos con animales?
Apego y la relación humano-animal
Cada vez es más habitual que las familias decidan integrar un animal en sus vidas con las que las que se llega a crear un vinculo especial. Estos, son un apoyo para todos los miembros de la familia, y especialmente para los más peques de la casa.
La gran mayoría de estudios, en los que encontramos evidencia de los beneficios que nos aportan los animales, se han realizado con perros, pero no son lo únicos. Se ha podido comprobar que el contacto con caballos, algunos pájaros, conejos o peces pueden ayudarnos en nuestro crecimiento emocional.
Como comenta la etóloga Paula Pérez Fraga, recientes investigaciones nos muestran que los centros que se activan en el cerebro de los perros cuando ven a su tutor, son los mismos centros que se activan en los bebés humanos cuando ven a su madre, creando esta situación de vinculo parecido al del apego.
Se ha descubierto que la interacción animal-humano ayuda a la liberación de oxitocina, y esta a su vez es causante de promover la interacción social, reducir el estrés y la ansiedad y mejorar la salud en general. ¿Cómo liberamos esta sustancia? Liberamos oxitocina a través del contacto visual, pero especialmente por medio del tacto. Con animales, esta interacción táctil es más común y fácil de llevar a cabo.
Beneficios del contacto con animal
1. Reducción de niveles de ansiedad
Se ha demostrado que la relación humano-animal no solo es beneficiosa para reducir los síntomas psicológicos de los problemas de ansiedad, sino también para calmar la respuesta fisiológica. Al aumentar los niveles de oxitocina, como comentábamos antes, reducimos la tasa cardiaca, las pulsaciones y la presión arterial. Una vez reducidos los síntomas ansiosos podemos empezar a tomar control de nuestro cuerpo y relajarnos.
En situaciones de inseguridad o incomodidad por parte de niñxs se ha sugerido que la presencia de un animal puede reducir los síntomas estresantes.
2. Mejoras en el desarrollo cognitivo
En cuanto al desarrollo cognitivo, se han identificado efectos positivos en niñxs con mascotas dando lugar a situaciones de aprendizaje favorables. Aumentan niveles de memoria y concentración. (Poresky y Hendrix, 1990).
El cuidado de una mascota no solo ayuda a nuestra mente sino también a nuestro cuerpo. Fomentamos el ejercicio físico, creamos rutinas y fomentamos la responsabilidad que nos servirán para armonizar nuestro cuerpo.
3. Desarrollo favorable de la autestima
El contacto físico con animales hace que mejore la autoestima y el autoconcepto. Lxs niñxs se sienten independientes y competentes cuando están cuidando de sus mascotas y los padres son conscientes de esto ya que reciben un reforzamiento positivo.
Lxs niñxs que desarrollan una relación buena con animales de compañía, comunican sus problemas personales con sus mascotas antes que con humanos (Beetz, 2012). Gracias a estos descubrimientos se implementa la terapia con animales en las sesiones de terapia. La presencia de un animal crea un ambiente de confianza en el que el/la peque se siente seguro para hablar.
4. Aumento de la atención
Estudios muestran como aumenta la atención en situaciones de aprendizaje donde se realizan tareas en presencia de un perro en comparación con un humano. Junto al animal parece que aumentan los índices de atención y concentración en lxs niñxs.
5. Beneficios en las relaciones sociales
Otra vía de investigación es la relacionada con el comportamiento prosocial que implica comportamientos relacionados con compartir, colaborar o ayudar a otra persona. El tener una mascota o cuidar a un animal fuera del hogar favorece la empatía, solidaridad y la armonía en las relaciones interpersonales. Ayudar y compartir momentos con otro ser vivo condiciona a que este comportamiento se extrapole a otras situaciones de la vida.
Y por último pero no menos importante...
En resumen, podríamos decir que estar en contacto con animales hace que tengamos una mayor precepción de bienestar psicológico.
Desde Kokoro Kids contribuimos a que, desde peques, aprendan a respetar y cuidar el medioambiente y tengan conocimientos de la naturaleza y del mundo animal con nuestros juegos.
Bibliografía
- Rojas Estapé, M. (2018). Cómo hacer que te pasen cosas buenas. Espasa. Barcelona.
- Poresky R. & Hendrix C. (1990). Differential effects of pet presence and pet-bonding on young children. American Behavioral Scientist, 67 (1), 51-54. doi:10.2466/pr0.1990.67.1.51.
- Beetz A., Julius H., Turner D. & Kotrschal K. (2012). Effects of social support by a dog on stress modulation in male children with insecure attachment. Frontiers on Psychology, 3(352). 1-9. Doi: 10.3389/fpsyg.2012.00352