Aprender a cooperar parece algo innato en el ser humano ya que ha necesitado estabilidad para sobrevivir generación tras generación. Sin embargo también es un comportamiento aprendido y necesita trabajarse. Aunque algunas especies animales muestran ciertos comportamientos cooperativos y de colaboración en la naturaleza, como los lobos que cazan en grupo, en los humanos es mucho más compleja y sofisticada.
Las personas tenemos la capacidad de planificar y coordinar acciones complejas, de comunicarnos mediante lenguaje simbólico y de establecer normas y reglas sociales para guiar nuestro comportamiento. Por lo tanto, aunque la cooperación puede tener una base innata en los seres humanos, también es un comportamiento aprendido y se desarrolla a través de la socialización, la educación y la experiencia.
¿Cómo podemos aprender a cooperación?
Los seres humanos aprendemos a cooperar desde una edad temprana. A medida que los niños crecen, comienzan a desarrollar habilidades sociales como la comunicación, la empatía y la colaboración que les permiten trabajar juntos de manera efectiva.
Además, la cooperación también se aprende a través de la educación formal y la experiencia. En el colegio, los alumnos, a través del proceso de socialización, aprenden valores y normas y a trabajar en grupos para completar proyectos. En el trabajo ya en la vida adulta ocurre algo similar. Los empleados colaboran para lograr objetivos comunes, y aprenden a comunicarse, compartir ideas y resolver problemas en equipo.
Fomentar la cooperación en los niños requiere juegos cooperativos, trabajo en equipo en el aula, enseñanza de habilidades sociales, fomentar la toma de decisiones en grupo y celebrar los logros. Estas técnicas ayudan a los niños a desarrollar habilidades sociales y valores.
Los juegos cooperativos son una excelente manera de fomentar esta habilidad en los niños. En lugar de enfocarse en la competencia, los juegos cooperativos requieren que los niños trabajen juntos para lograr un objetivo común. Permitir a los niños tomar decisiones en grupo fomenta la cooperación y el compromiso.
Juegos como los scape rooms, videojuegos de plataformas y de resolver retos para varios jugadores, juegos de roles y de gestión de recursos son algunos ejemplos de juegos cooperativos. En la actualidad encontramos también videojuegos que enseñan a colaborar, cooperar y trabajar en equipo, incluso se utilizan en clase para fomentar la motivación por el aprendizaje. Algunos de estos videojuegos son: It takes two, Cuphead, Overcooked, Moving Out…
4 beneficios del aprendizaje cooperativo
- Mejora del rendimiento académico: Trabajar juntos en un grupo puede ayudar a los niños a comprender mejor los conceptos y a aplicarlos de manera más efectiva. Juntos descubren nuevas perspectivas y formas de ser y de hacer.
- Desarrollan habilidades sociales: Aprenden a trabajar en equipo, a comunicarse de manera efectiva y a respetar las opiniones de los demás. También se aprende a empatizar, a eliminar barreras, prejuicios y estereotipos y fomentan conductas prosociales.
- Fomenta la creatividad y la innovación: Al trabajar juntos en un grupo, los estudiantes pueden compartir ideas y colaborar en la resolución de problemas.
- Mejora de la motivación: Cooperar hace que los participantes se sientan más involucrados en su propio proceso de aprendizaje y también más responsables de su propio éxito.
En cuanto a cómo se trabaja el aprendizaje cooperativo en clase, existen varas técnicas. Una de los más comunes es la técnica del “puzzle de Aronson”, en el que los alumnos se dividen en grupos y cada miembro del grupo se convierte en un experto en una parte del tema que están estudiando. Luego, se reagrupan para compartir sus conocimientos y completar una tarea conjunta.
Juego cooperativo y neurodivergencia
El aprendizaje cooperativo puede ser beneficioso para niños neurodivergentes, ya que les brinda la oportunidad de interactuar socialmente y trabajar en equipo mientras aprenden. Al fomentar un enfoque de aprendizaje cooperativo y adaptativo, los padres y educadores pueden ayudar a los niños a aprovechar sus fortalezas y brindarles el apoyo necesario para desarrollar habilidades importantes en otras áreas. Además, el aprendizaje cooperativo puede mejorar las habilidades sociales y emocionales de los niños, lo cual es especialmente relevante para aquellos con necesidades especiales.
Por ejemplo, en la actividad “La ruleta de habilidades” potenciamos la inclusión con niños neurodivergentes. Se invita a cada niño a identificar sus fortalezas y habilidades únicas, y luego se coloca cada habilidad en una ruleta. Luego, los niños se turnan para hacer girar la ruleta y seleccionar una habilidad al azar. A partir de ahí, se les pide que trabajen en equipo para utilizar esa habilidad en una tarea determinada. De esta manera, los niños pueden aprovechar sus fortalezas y habilidades individuales para contribuir al éxito del grupo en una actividad de colaboración.
Kokoro Kids se adentra en los juegos cooperativos multijugador
Zamburguesas es un juego cooperativo donde los jugadores deben ayudar a sus personajes a llegar a un bote en el centro de la pantalla y a encontrarse con su compañero para luego salir remando. Para lograrlo, los jugadores deben saltar en plataformas de diferentes colores y presionar el botón que corresponde a su color. Puedes probarlo ya en la app de Kokoro Kids.
El juego tiene como objetivo fomentar habilidades como la identificación de colores, la comunicación y el trabajo en equipo con un objetivo en común. También trabajarán habilidades como el razonamiento, la orientación visoespacial y la planificación. A través de esta actividad, los jugadores pueden aprender a cooperar y a trabajar juntos para lograr una meta en conjunto.